Su área natural se extiende desde el sur de Europa hasta el centro de China. En Europa se cultiva como ornamental desde hace varios siglos y se considera una reliquia de la flora interglaciar.

La denominación genérica «Cotinus» es el nombre latino de la planta, que procede del griego «kótinos«, acebuche, probablemente por tener ambos madera algo rojiza.

El nombre específico proviene de «kokkugia«, sinónimo de zumaque (Rhus coriaria) que le dio Plinio, por asemejarse a esta planta.

La denominación de árbol de las pelucas hace referencia a la forma que adquieren las panículas fructíferas sobre el conjunto del arbusto.

Arbusto  con la copa redondeada y a menudo extendida, muy ramificada, con ramas inclinadas y ramillas rugosas. A veces presenta forma de arbolillo.

Sistema radicular fibroso, es de fácil trasplante, más o menos superficial.

El tronco muchas veces es retorcido, ramificado, con la corteza de color grisáceo provista de finas escamas.

Ramas inclinadas y ramillas rugosas, grisáceas o marrón-rojizas, lampiñas, con lenticelas y cubierta de escamas de color marrón rojizo.

Las yemas son pequeñas, solitarias, sentadas, de color marrón rojizo con escamas agudas. Miden poco más de 1 mm de longitud.

Las hojas son alternas, caducas, ovaladas, obtusas, redondeadas o ligeramente escotadas en el ápice,  de base cuneada y bordes enteros. Miden de 4 a 8 cm de longitud por 3 a 5 cm de anchura.

Presentan color verde claro por el haz y verde azulado por el envés, con nerviaciones curvadas y muy aparentes.

El pecíolo es delgado, de color verde claro. Mide de 2 a 4 cm de longitud, aunque a veces es casi tan largo como el limbo.

Las hojas persisten mucho tiempo en otoño, después de adquirir una tonalidad amarillenta, anaranjada o rojiza.

Es preciso comentar que hay diferentes  variedades  muy utilizadas en nuestras latitudes que presentas hojas rojizas muy ornamentales, deben ponerse al sol para mantener la coloración.También hay variedades que presentan las hojas más amarillentas.

Muy pequeñas, amarillentas, unisexuales o hermafroditas, dispuestas en grandes panículas terminales, pedúnculos cortos y provistos de pequeñas brácteas.

Muchas de ellas son estériles, con pedúnculos que se vuelven largos y velludos cuando la flor cae, dan a la inflorescencia un aspecto plumoso en la madurez.

Tienen un cáliz con 5 lóbulos, 5 pétalos el doble de largos que los sépalos, 5 estambres más cortos que los pétalos, insertos entre los lóbulos de un disco nectario pentalobulado, un ovario súpero, con una sola cavidad y un solo rudimento seminal y 3 cortos estilos.

La floración es entre abril y julio.

Los frutos son drupas con forma arriñonada u obovados, lampiños, secos y rugosos, al principio parduscos y después negruzcos.

Miden de 3 a 4 mm de diámetro y aparecen en poca cantidad en las panículas de 15-20 cm de largo, inmersos en un conjunto de pedicelos plumosos sin frutos.

Cada fruto contiene una sola semilla minúscula.

La fructificación es en agosto-septiembre.

Este arbusto vive en cualquier tipo de terrenos, pero prefiere los neutros o calizos. También es preciso un buen drenaje para su mejor desarrollo.

Los colores otoñales aparecen mejor en suelo no demasiado fértiles.

Tolera fríos y calores, soportando la sequía, aunque agradece riegos normales. Prefiere situarse a pleno sol, donde su follaje adquiere un colorido más vistoso.

Requiere humedad media, aunque resiste ambientes secos si no escasea demasiado el agua en el suelo.

Las flores aparecen con seguridad si la primavera/el verano es cálido, necesitando también inviernos fríos.

Se puede multiplicar plantando los chupones emitidos por las plantas madre. Los esquejes son difíciles y deben hacerse con madera tierna en el verano.

También se puede usar el acodo a finales de invierno. Se puede multiplicar por semillas sembradas al poco de caer.

Se poda en primavera, eliminando las ramas indeseadas o las que se hayan dañado en invierno.

Una poda fuerte proporciona un color intenso de sus hojas.

Tiene un crecimiento medio. Alcanza normalmente los 70 años de edad, pudiendo llegar hasta los 100-150 años.

Lo más peligroso es el ataque de Verticillium, por lo que hay que evitar encharcamientos y excesiva humedad del suelo. Puede afectarle puntualmente alguna roya.